Por Jesús Alfaro Águila-Real

“En Prusia, las reformas económicas se consideraron, claramente, más urgentes que las políticas….

La burocracia prusiana (que las llevó a cabo) actuó movida por tres factores: conciencia de su capacidad intelectual; el shock provocado por la derrota a manos de Napoleón y la posibilidad de emprender las reformas económicas al margen del cambio político….

Incluso aunque se admita que la Ilustración influyó decisivamente en las élites de toda Alemania, en Prusia fue una generación de altos funcionarios – y algunos aristócratas – la que la promovió.

Y su mayor influencia fue Adam Smith. Este fue particularmente el caso de , el sucesor de Kant en la cátedra de filosofía en Könisberg. A partir de la década de 1770, las enseñanzas de Kraus, quien sostenía que La Riqueza de las Naciones era el libro más importante desde el Nuevo Testamento, sirvieron a las transformaciones profundas de esos jóvenes servidores públicos prusianos que estaban convencidos de que en una sociedad atrasada, solo el Estado podía crear las pre-condiciones institucionales del crecimiento económico, esto es, Derecho mercantil uniforme, mercados relativamente libres y educación obligatoria y generalizada… en ninguna otra región de Alemania, ni siquiera en Renania – incluyendo las zonas invadidas por los ejércitos de Napoleón – se orientó más decisivamente la agenda reformista de los años 1807-1821 hacia los principios de La Riqueza de las Naciones que en Prusia…

Es más, como discípulos de Kant, esta generación de reformadores estaba absolutamente convencida de que la Sociedad es maleable… el punto de vista ilustrado en Alemania era (muy smithiano en el sentido de que) se creía que la abolición radical del sistema jurídico del antiguo régimen – la sociedad estamental – desataría automáticamente el talento y el potencial de todos los ciudadanos. Sin embargo, fue solo en Prusia en donde se aceptó y adoptó una estrategia smithiana completa y adaptada a las condiciones de Prusia…

Siguiendo las ideas de la Ilustración alemana, los reformadores prusianos justificaron la imposición autoritaria de las reformas con la doctrina de las limitadas capacidades de los individuos que carecían de formación para entender cuestiones complejas (Lehre von beschränkten Unteranenverstande). En Prusia no había una clase media que confiara en sus propias fuerzas y que fuera capaz de desafiar al Antiguo Régimen en aras de la modernización. Por tanto, los reformadores prusianos consideraron su tarea la de crear las condiciones para que los ciudadanos libres y formados pudieran desarrollar gradualmente su potencial. Una vez logradas estas condiciones, el desarrollo se autoalimentaría y sería sostenible.

¿Cómo fue posible que un pequeño grupo de funcionarios lograra ejecutar cambios tan profundos en las instituciones fundamentales de Prusia? Para empezar, las instituciones tradicionales (el ejército y el Estado) prusianas habían sido destruidas por los ejércitos de Napoleón, que habían dejado en estado de shock a los que defendían la “perfección” del modelo absolutista encarnado en el gran Federico II. (Pero, lo peculiar fue que)… las reformas se hicieron no con sino contra Napoleón… En 1807, Prusia había perdido la mitad de su territorio y de sus súbditos, territorio reducido a las tierras agrícolas al este del río Elba. Se declaró en quiebra; se vio obligada a pagar enormes reparaciones de guerra a Francia. Se había de rearmar en secreto para la guerra por venir, rearme que había que financiar. En estas condiciones, fue fácil convencer al rey de que Prusia no podía sobrevivir sin reformas fundamentales que pasaban por inducir a los súbditos a hacer uso pleno de su potencial económico e intelectual. Con una pequeña camarilla de reformadores, se convino que Prusia debía compensar la potencia física perdida con capacidad intelectual.

El resultado es que Prusia lideró, en las primeras décadas del siglo XIX, las reformas económicas en Alemania. No los territorios del oeste invadidos por Napoleón. Y, de hecho, las reformas políticas – las impuestas por Napoleón en los territorios ribereños del Rhin – apenas tuvieron efectos económicos: más democracia política genera más participación y más capacidad de veto de las reformas para los distintos grupos. Por tanto, no se puede establecer una línea directa – y causal – entre reformas políticas y reformas económicas. Así, en el caso de Alemania, Prusia se convirtió en la campeona de las reformas económicas liberalizadoras realizadas por un gobierno autoritario y el suroeste de Alemania, en el refugio de las ideas políticas liberales pero conservadoras en los económico. Así, por ejemplo, sólo en Prusia, “los funcionarios osaron enfrentarse y entrar en conflicto con la nobleza y con los que gobernaban las ciudades para llevar adelante reformas agrarias basadas en la idea de mercado y para liberalizar completamente el mercado de trabajo” (acabando con la servidumbre y la falta de movilidad – libertad – de los trabajadores agrícolas). Aunque la nobleza agraria recuperó el control del poder político, los altos funcionarios se llevaron el gato al agua en lo que a las reformas económicas se refiere.

El Oktoberedikt de 1807 reconoció la libertad de profesión u oficio, la libertad de propiedad (que la tierra podía ser comprada y vendida libremente, derogando los lazos derivados de las instituciones del antiguo régimen). Este fue seguido por otras leyes que eliminaron los monopolios en el ejercicio de determinadas actividades y los monopolios comerciales (supresión de los gremios). Pero la libertad de comercio e industria solo se implementó absolutamente en Prusia, no en Renania. Para 1821, se había liberalizado la propiedad de la tierra y se habían privatizado las tierras comunales.

Una idea específicamente prusiana era la de diversificar la economía rural “industrializando” el campo (la industria estaba concentrada, gravada y protegida en las ciudades), lo que era lógico si se tiene en cuenta la profunda división entre el Este agrícola donde la mayor parte de la población apenas subsistía y el Oeste más desarrollado. Había que aumentar la capacidad de consumo de los campesinos del Este contemplando las relaciones entre las ciudades (que proporcionaban al Estado los medios financieros) y el campo (una reserva de tropas para el ejército) como un juego de suma positiva, o sea, muy smithiano, no como un juego de suma cero, mercantilista. Para lo cual, se desmontó el sistema impositivo que perpetuaba el aislamiento del campo respecto de la ciudad y se liberalizó la producción industrial.

“El contraste entre una Prusia rápidamente modernizada y los territorios invadidos por Francia no podía ser mayor. El modelo prusiano de reforma agraria y libertad económica constituye un acontecimiento extraordinario en la historia del desarrollo económico. No hubo un enfoque estratégico semejante en los territorios ocupados por Francia antes o después de 1815. Las reformas prusianas adaptaron la visión general de Adam Smith a las necesidades particulares de desarrollo de Alemania… un ajuste creativo”

basado en la convicción de que la solución para el problema de la pobreza rural no era la redistribución sino el crecimiento y que la estructura de la propiedad agraria la debía determinar el mercado, no la planificación. Por tanto, el Estado no debía favorecer ni las grandes fincas (que se suponían más productivas) ni las pequeñas granjas de propiedad individual de campesinos (que se suponían improductivas) porque la industria de los segundos podía compensar, con mucho, la ventaja de las primeras. Y la industrialización dependía del éxito de las reformas agrarias y, con el éxito de la industrialización se evitaría la despoblación de zonas enteras dedicadas a servir exclusivamente como proveedores de materias primas. Las reformas de 1811 contribuyeron a crear una clase media agrícola formada por granjeros dueños de sus tierras y al desarrollo de manufacturas rurales que absorbieron la mano de obra sobrante – los pobres – de la desaparición de las tierras comunales. Así pues, la “industrialización del campo” es la característica diferencial más notable de los inicios del desarrollo económico en Prusia. La energía disponible era relevante: hasta 1850 (cuando el carbón domina como fuente de energía de la industria), la fuente de energía más relevante era el agua, de la que se disponía, naturalmente, en las zonas rurales (molinos, presas). Por tanto la protoindustria – textil, sobre todo – podía desarrollarse en zonas rurales. En 1850, el carbón como fuente de energía conduce a la concentración de las industrias en las ciudades.

El resto del artículo está dedicado a destrozar la tesis de Acemoglu y otros según la cual, fueron las reformas políticas impuestas por Napoleón en los territorios invadidos las que permitieron el desarrollo económico más acelerado de esos territorios en comparación con el resto de Alemania. Los autores sostienen que esas reformas políticas y jurídicas no pudieron producir esos efectos y que los datos históricos indican más bien lo contrario; que sólo se ejecutaron en Prusia y aún ahí costó cuarenta años, lo que hace implausible efecto alguno duradero en las zonas controladas por Napoleón. En la zona del Elba sólo a partir de 1850 se llevó a cabo la reforma agraria que eliminó la propiedad feudal de la tierra – señoríos -. Sólo se logró acelerar el crecimiento económico allí donde se hicieron reformas económicas “smithianas” (liberalización, despliegue de las capacidades individuales, libertad de acceso al mercado y de ejercicio de las profesiones, libertad de propiedad) que conciben las relaciones entre los individuos como juegos de suma positiva y no como juegos de suma cero. O, si se quiere, el “modelo” prusiano combinó las cuatro características de los modelos de crecimiento de List (creación de mercados nacionales, unión aduanera, mejora del transporte y las comunicaciones, crear bancos y estabilizar la moneda y masificar la educación) con especial énfasis en la reforma agraria y en la industrialización rural.

Scharnweber logró rechazar muchas demandas de la nobleza (porque el gobierno se puso de su lado al comprender que era la única forma de acabar con el atraso secular del este)… logró obtener la redención de las obligaciones feudales – excepto en Silesia – para la mayoría de los campesinos que tenían derechos de propiedad muy débiles. También Logró reducir sustancialmente el número de campesinos desalojados, y logró evitar que 500.000 de las 750.000 hectáreas de tierra campesina fueran incautadas por la aristocracia. Adicionalmente, en duras negociaciones, redujo sustancialmente los pagos que los campesinos debían realizar a los señores feudales para rescatar la plena propiedad de sus tierras

La implantación del Code Civil en los territorios alemanes no “cuadraba”. Porque la libertad de propiedad – y la protección frente a la expropiación por el Estado – que el Código napoleón proclamaba se correspondía, en Francia, con la abolición de los señoríos previa a su promulgación. En Alemania, las mismas reglas protegían a los señores feudales frente a la reforma agraria, es decir, un código civil napoleónico para un territorio alemán actuó como fuerza para el mantenimiento del statu quo, no para su transformación. Aún peor. Permitió a los señores convertir sus derechos basados en la tradición y en la costumbre en derechos protegidos por la ley y equivalentes a los de un propietario “moderno” despojando a los campesinos de los limitados derechos que el antiguo régimen les proporcionaba. Napoleón necesitaba de la nobleza para garantizar la estabilidad de su imperio en Alemania y, a través de la institución del “domaine extraordinaire” (que le permitió financiar sus campañas a base de reparaciones de guerra y hacerse con la propiedad – personal – de enormes extensiones) creo una nueva nobleza feudal bajo su control.

“Irónicamente, en las partes de Alemania controladas por Francia – la orilla este del Rhin – no hubo ajuste de las instituciones jurídicas alemanas al Código civil revolucionario. Al revés, el sistema señorial se incorporó al Código Civil… Pero tal vez la razón más importante por la cual las reformas revolucionarias francesas no tuvieron un impacto profundo en el desarrollo agrícola de Renania es que, incluso bajo el Antiguo Régimen, era la zona más comercializada y más orientada hacia el mercado, de modo que las tierras eran de propiedad individual en mucha mayor medida que en el Este incluso cuando se aplicó el <<tratamiento>> francés”… en el siglo XVIII, los campesinos del Rhin disfrutaban ya de derechos de propiedad en muy buena medida… (por ejemplo)… el arzobispo de Manguncia había abolido completamente la servidumbre en 1787… la transición hacia una economía de mercado y al capitalismo moderno fue un proceso gradual que comenzó mucho antes (que las invasiones napoleónicas)… y éstas tuvieron más influencia, precisamente, en las regiones alemanas que se encontraban en un período de desarrollo muy próximo al capitalismo moderno”

y si se compara la evolución de las distintas regiones de Alemania, el efecto sobre su desarrollo económico del “tratamiento” napoleónico no parece apuntar a que contribuyera a acelerar éste, sino más bien al contrario. El problema es que los cambios institucionales disruptivos son más atractivos para los economistas porque se pueden modelizar más fácilmente lo que conduce a exagerar sus efectos sobre el desarrollo económico. Y si este desarrollo se observa varias décadas después de la disrupción (a partir de 1850), establecer relaciones causales entre una y otro resulta muy difícil. Pero “el gradualismo es la historia más plausible para explicar cómo enraizaron la economía de mercado y el capitalismo en la sociedad alemana”. La búsqueda de un agente y una acción concreta como causa explicativa, “como un agent provocateur” que da el primer paso es ahistórico”.

Michael Kopsidis, Daniel W. Bromley The French Revolution and German Industrialization: The New Institutional Economics Rewrites History


Mapa de Europa durante las guerras napoleónicas